Sigamos viviendo en un mundo de críticas en donde el respeto y el humanismo, han sido víctimas de almas caídas, vacías y sin valores en su interior. Sigamos viviendo en un mundo donde hagas las cosas bien o mal, siempre le encontrarán sus faltas y se convertirá en todo un teatro de palabrerías vanas que subestiman el sentir de los demás. Sigamos viviendo en la fantasía de creernos perfectos y poderosos para levantar nuestro dedo y señalar a los demás. Sigamos viviendo de esta manera porque estamos construyendo un mundo de destrucción. Que irónico, vivimos construyendo lo mismo que nos llevará a la perdición.

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