Muchas veces hemos tenido que pasar por pruebas difíciles en la vida, pruebas que muchas veces nos quitan hasta el deseo de vivir. Muchas veces no entendemos el por qué nos toca pasar por los momentos más duros de la vida, por qué todos nos sale mal. Entonces sufrimos, y sufrimos, y sufrimos tanto que llega el momento en el que nos cansamos de mostrar un sentimiento, y es ahí donde "aparentemente" nos volvemos seres fríos, "aparentemente" sin sentimientos. La realidad es que sólo nos engañamos a nosotros mismos y lastimamos a los seres que amamos, por defender nuestro propio sentir, por poner un escudo que guarde lo que sentimos. Detrás de cada coraje siempre se guarda un dolor, dolor a perder, dolor a fallar, preocupaciones, exceso de amor, sufrimientos, recuerdos, entre otras tantas cosas que nos pueden llegar a herir tanto que no podemos soportarlo más.
¿De qué vale expresar coraje? ¿De qué sirve el dolor sin solución? Nunca debemos arrastrar a las personas que amamos a nuestro comportamiento, porque son los primeros en verse afectados a causa de nuestras acciones. Si algo no entiendes busca un consejo, si algo te molesta enfréntalo con inteligencia, mas no marques con un puñal heridas que probablemente no alcanzarás a sanar. Si no tienes la fuerza para enfrentar tu propio coraje, ¿Quién lo hará por ti? No mezcles tu amor con tu odio, pues bajo el dolor detrás de tu coraje sólo podrás alcanzar pérdidas que con el tiempo sólo te traerá arrepentimiento.
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