Hoy me marcho para siempre de tu lado, no por falta de amor, no por causa de una traición. Hoy renuncio a mis sentimientos por ti con el fin de verte feliz, verte brillar al son de los rayos del sol, y al de la luna y las estrellas. Mucha paz yo te quite, muchas alas te corte, pero hoy dejo ir mis sueños para verte florecer. Hoy me marcho para siempre de tu lado, no por falta de amor, no por causa de un engaño, sólo dejo el egoísmo de quererte sólo mio y quitarte libertad para encontrar tu propio camino. Me voy sin dar un paso atrás, sin mirar hacia tus ojos que me hacían desmayar por su encanto, su pasión, todos los deseos que me hacían enloquecer de amor, amor al que hoy desprecio disimuladamente para turbar al corazón. Así dejarle saber que debe de latir al mismo son, aunque ya no estarás tú, y que ahora sólo sere yo y las tormentas del tiempo. Hoy digo adiós a todos nuestros momentos. Recordaré sólo aquello que en algún momento me dieron aliento, me hicieron feliz y que ya no volverán, que sólo quedarán cenizas que el viento esparcirá y una nueva vida verte encontrar. Tal vez nunca más te vea, pero la vida da muchas vueltas y entre esas vueltas podré encontrarme contigo. Te veré diferente, justo cómo siempre habías querido ser, libre. No importa el dolor que en estos momentos sienta al marcharme, me iré destruídamente tranquila aunque en mi interior sólo me ahoguen las lagrimas del dolor y me envenenen mis lágrimas de sangre.
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