En la vida muchas veces le preguntamos a Dios si tenemos
un ángel que nos protege. Al hacer esa
pregunta, nos enfocamos en ángeles abstractos que no podemos ver, y se nos
olvida que junto a nosotros vive uno verdadero, Mamá. Mamá es ese único ser capaz de perder la vida
por sacar a sus hijos adelante. Es la única
que está a nuestro lado en nuestros logros, en nuestros momentos de felicidad y
en nuestras angustias, en fin, es quien nos dio la vida, ¿qué más podemos
pedir? Mamá, ser inigualable que con lágrimas,
dolor y sudor nos dio la luz de la vida.
Ser que a lo largo de la vida ha sido nuestro soporte para salir adelante,
ser que ha dejado de ser de ella para ser de sus hijos, ser que ha salido a la
calle en busca de un mejor porvenir para cuidarnos. Ese ángel ha perdido su libertad para
entregarse en cuerpo y alma en la crianza de sus hijos, es la que tiene el
plato caliente en la mesa, la que nos tiene la ropa limpia, la que despierta
cada mañana con el propósito de echarnos adelante.
Como hijos debemos dar gracias a Dios, por regalarnos a
este ángel, pues sin nuestra madre no somos quienes de ser orgullosos de tener
esta vida. Le debemos hasta nuestra última
gota de suspiro y por ella debemos sacar la cara siempre. Sintamos orgullo de tener a este ángel, pues
cuando nadie ha estado a nuestro lado en nuestros peores momentos, Mamá siempre
ha estado ahí. Tal vez no siempre te
demuestre su dolor, pero es la que en silencio sufre nuestros problemas. Cuidemos de nuestras madres toda la vida y devolvámosle
todos los sacrificios que a lo largo de la vida nos ha brindado.
Mamá es sólo una, y no debemos olvidar que no sólo es la
que tiene el privilegio de dar a luz, sino aquella que tiene la valentía de
dedicarse a criar hijos que no son suyos, hijos que tal vez abandonen o
simplemente está haciendo el favor de cuidar mientras mamá verdadera sale en
busca de trabajo y del pan de cada día.
Valoremos a nuestros ángeles, porque algún día tendrán que partir de
nuestro mundo y tendremos que aprender a caminar sólo por el sendero de la vida.
Mamá gracias por existir, éste día no es suficiente para
reconocer lo grandiosa que eres.

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