Esta es la historia de Paulo y Marie, dos niños creciendo en
un mundo donde ellos sólo lo entendían.
Marie era una niña que soñaba en tener una vida perfecta, vivía imaginando
cuentos de hadas y soñaba en encontrar un príncipe azul que la amara, y le
diera la felicidad que tanto ella anhelaba.
Paulo era un niño rebelde, no le gustaba la escuela, creció en un mundo
donde la calle era el escenario perfecto para vivir. Tuvo una infancia llena de dificultades,
muchos tropiezos, pero sin perder la esperanza de algún día ser reconocido
mundialmente por su gran pasión, la música.
Ambos eran del mismo país, pero Paulo de pequeño se fue con su familia
en busca de una mejor vida en Estados Unidos.
A pesar de que Marie y Paulo nunca se conocieron, el destino se encargó
de desarrollar sus historias con el fin de unir ambos caminos. Marie fue creciendo, siempre fue una niña
maltratada por sus compañeros de clases, en su hogar le dieron todo, pero nunca
recibió el apoyo para poder lograr muchos de sus sueños y de alguna manera
sentía que le faltaba amor. Paulo de
igual manera comenzó a crecer, también fue maltratado como Marie, pero eso no
impidió que su vida siguiera hacia adelante, nunca dejó de creer, porque sabía
que en el corazón había algo que lo impulsaba a
luchar. Paulo creció, se mudó
nuevamente de estado con su familia en busca de un mejor porvenir. Decidió fortalecer sus metas y comenzó a
tomar seriamente sus deseos de salir adelante con su talento. Marie por su parte, completó sus estudios y
comenzó a formar su carrera a partir de la primera oportunidad de empleo que se
le presentó. Un día mientras ambos
caminaban en direcciones contrarias, un tropezón los hizo coincidir en el mismo
lugar, en el mismo momento, él le sonrió y ella le respondió de la misma
manera, pero no cruzaron palabras. Poco
tiempo después Paulo vuelve a ver a Marie, y tuvo la valentía de ir a hablarle
a lo que Marie cordialmente lo recibió, pero no le prestó mucha atención,
además de que estaba con un poco de prisa.
Marie se quedó pensando en esa corta conversación que ambos tuvieron,
pero con su vida tan ajetreada, no se mostró interesada en buscar a Paulo y
hablar con él. Una tarde fue dispuesta a
buscarlo hasta conseguirlo y para su sorpresa, pudo encontrarlo en el mismo
lugar donde siempre él estaba desde el primer encuentro. Marie y Paulo comenzaron a establecer una muy
bonita conversación, donde ambos se conocieron poco, pero que creó una gran
atracción por parte de ambos. Ella se
sentía muy a gusto conversando con Paulo, pues llegó a su vida cuando más
necesitaba de la compañía de alguien dispuesto a escucharla. Paulo también se mostraba muy interesado en
la compañía de Marie. Llegó el momento
en que ambos intercambiaron números de teléfonos y es ahí donde ambos
comenzaron a conocerse mejor, desde un punto de vista más personal. Se sentían un poco extraños al hablar porque
ambos venían con un estilo de vida diferente, diferentes perspectivas,
diferente manera de pensar, y diferentes maneras de ver la vida, pero en
personalidad eran como dos gotas de agua, muy similares en sus actitudes. Aun
así, el interés por continuar conversando y compartir un tiempo juntos no
cesaba. Una noche empezaron a hablar de
sentimientos, hasta llegar al punto en que ambos expresaron su sentir por el
otro por lo que tomaron la decisión de darse la oportunidad de estar
juntos. Marie y Paulo se llevaban bien,
pero ambos siempre tenían la situación de que por ser distintos terminaban en
conflicto. Paulo quería de alguna
manera, poseer el estilo de la calle con el que creció, pero Marie se negaba a
aceptarlo, ella siempre le decía que quería que el siguiera siendo como cuando
ella lo conoció, para ella él era perfecto.
Marie siempre mantenía un NO ante cualquier pensamiento de Paulo, él se
molestaba, pero no comprendía las buenas intenciones de ella. Marie comenzó a sufrir por esas situaciones,
porque sentía que no estaba haciendo feliz a Paulo, sin embargo él poco a poco
aceptaba las decisiones de Marie.
Tuvieron muchas diferencias, se dejaron en par de ocasiones, pero tan
pronto se dejaban sabían que sus vidas no tendrían sentido si les faltaba su
amor. Paulo era de carácter fuerte,
muchas veces perdía el control, y Marie por su parte aun siendo igual que él
decidió actuar con valentía y mantener un control por el bien de los dos. Ella apoyaba el sueño de Paulo de convertirse
en alguien reconocido, le daba consejos, le dejaba saber cuánto lo amaba,
aunque muchas de las veces estuviera molesta porque él quería hacer cosas que a
ella no le gustaban. En ocasiones él le
llegó a faltar a ella, pues sus palabras llegaron a ser tan fuertes que
sobrepasaron el respeto, pero ella lo sabía perdonar y brindarle una y otra vez
una oportunidad porque a pesar de todo lo amaba de verdad. Una vez más ambos sufrieron de los estragos
de las diferencias de pensamientos, pero esta vez, Marie no pudo arreglar las
cosas con él. Siempre que Marie salía de
su hogar le avisaba a Paulo para que tuviera conocimiento, pero esta vez no
sucedió así. Inesperadamente, Marie
salió de su hogar en su auto, pero desafortunadamente sufrió un accidente del
cual tuvieron que llevarla de emergencia al hospital. Ella no reaccionaba, estaba completamente en
coma. Cuando Paulo se enteró corrió a
verla al hospital, desesperado en su dolor, y sosteniendo la mano de Marie,
clamaba a Dios que no se la arrancara de sus brazos, que ella era el amor de su
vida, y que ya no podría ni tan siquiera respirar sin ella. Pero desgraciadamente, Marie nunca volvió a
la vida, Paulo encontró en su mano un pequeño papel que decía, “no habrá en el
mundo dos almas más afines que las nuestras, siempre te amaré y aunque a partir
de hoy no estaré a tu lado, te protegeré desde donde quiera que esté. Paulo comenzó a llorar a gritos, porque ella
había sido todo lo que a Dios le había pedido, pero se la arrancó de sus brazos
tal vez por no haber notado que era ella quien debería estar a su lado. Entonces es ahí donde él entendió todas las
palabras que Marie siempre le decía, y finalmente comprendió el gran amor que
ella siempre le tuvo.