Cuando nuestra esperanza está completamente perdida, aparece de la nada un ser que sin querer comienza a ser parte de nuestra vida. Nos sentimos especiales, nos sentimos atendid@s, nos sentimos felices porque alguien ha decidido observarnos y nuestro camino seguir. Comenzamos a sentirnos idiotas por instantes, esa persona, sin sentido, comienza a ocupar nuestra mente. Nunca faltan las mariposas que nos recuerdan a cada instante que alguien ha llegado a nuestra vida y, que aunque sea sólo alguien sin sentido, para nosotros comienza a ser alguien importante.
Ya no podemos dejar de pensar en esa persona, nos saca sonrisas ilógicas y sin razón... (Lamento informar que esas son las señales de comenzar a estar enamorad@). Empezamos a sufrir de trastornos mentales, pues lo mismo estamos felices, que deprimid@s, nos sentimos invencibles como impotentes, queremos reír como también llorar, queremos vencer el mundo como rendirnos a los pies de él, nos sentimos gigantes como también pequeñ@s, en fin somos una cosa como podemos ser otra.
El problema no es enamorse, el problema es sufrir las consecuencias del amor porque nos volvemos adictos a esa persona que nos robó el corazón, nos volvemos celos@s y sensibles ante cualquier situación. Queremos a esa persona sólo para nosotr@s, no queremos perderla ni que nadie nos las arranque. Nuestras fortalezas se vuelven parte de lo que esa persona ocasiona en nosotr@s, ya no podemos defendernos sol@s sino es sabiendo que tu amor esta ahí a tu lado. Dejamos de ser nuestr@s para ser parte de ell@s, ya nuestro corazón no palpita solo, sino, danza a la par del ser al cual le entregaste tu amor. Nada vuelve a ser igual, enfermamos de amor y no nos damos cuenta, nuestra vida se reduce a sólo querer pronunciar su nombre y no perderl@ de vista en ningún instante.
Enamorase es hermoso, pero a la vez doloroso porque uno de los dos siempre dá más, demuestra más, ama más, ¿Pero cuál?, dilema sin resolver. No es directamente el amor el que duele, más bien es todo lo que el corazón ha absorbido y siente por ese ser, y al no ser valorado, comienza a doler. Duelen las diferencias, duelen las mentiras, duelen las dudas, y los descuidos. Estas son las consecuencias del amor, puedes ganar como perder, somos humanos, podemos caer, pero nunca se debe faltar a un querer. Amar es alcanzar lo que el resto del mundo no ha logrado en alguien, sanar las heridas y llenar los espacios vacíos que el tiempo maltrató.
Es difícil no querer enamorarse, pero más difícil es hacerlo y no saber como manejarlo.
